De pronto me puede entrar en una desesperación por salir de la ciudad. Esos minutos extra que tarda mi mujer en maquillarse, cerrar sus maletas, verificar que la casa quede órden, a mi personalmente me tienen al filo del abismo.

Sentado en mi Licoln MKZ se me hace agua la boca. Me sudan un poco las manos que ansían tomar el volante, borra el smog, y el tráfico de la capital. Cuando sale mi mujer (hermosa debo agregar) entonces enciendo el automóvil y dejo que ella se acomode como mi copiloto. Inmediatamente ella ajusta la consola inteligente  My Lincoln Touch del automóvil para sincronizar nuestro viaje hasta Peña de Bernal en Querétaro. Un voz femenina comienza a delinear la travesía previendo cada salida y mostrando en un mapa el camino hasta nuestro destino. Acto seguido toca su pantalla touch y digita PLAY al disco de Tijuana Sessions Vol. 3 de Norte Collective. No hay mejor forma de salir del caos citadino que con Revu Rockers en el sistema de audio THX.

Una vez en carretera permito emocionarme y subir la velocidad de 100 km/hr hasta los 160km/hr y uno parece que folta en el espacio. Los edificios con ventanas cambian por colinas verdes, los autos por árboles de mezquite solitarios en el mastizal. El motor V6 37l con 300hp me lleva de la mano como parte de mi equipo como una extensión de mi. Cruzamos la carretera sin titubear, sin miedo.

Un cumulo de nubes adornan el cielo. Mi acompañante decide abrir el quemacocos que se extiende desde el parabrisas hasta la parte superior de las luces traseras, La «boca» es tán grande que parece que una nube pudiera acomodarse en los asientos traseros del Lincoln MKZ. Ella deja que su pelo vuele con el aire.. yo me enamoro un poco más.

La tarde cae lentamente . Las primeras estrellas hacen lujo de su presencia. Según nuestra amable voz electrónica, no falta mucho para llegar. La verdad sea dicha, no siento prisa alguna. Estoy sentado de una manera tan cómida con las manos en el volante que ni siento el tiempo. Prendo los faros de LED adaptables, inteligentemente se ajustan a la luz existente.

Mientras el sol se despide, su luminicencia se vuelve más intensa permitiéndome sentir la seguridad en carretera. Además estas luces me siguen en las curvas y generan en todo momento una línea iluminada para mejr a experiencia en el camino.

Al fin el el misterioso monolito icono de Peña de Bernal se ñuce a lo lejos. Hemos llegado sanos y salvos hasta nuestro destino. Todavia mi guía femenina se da el lujo de dirigirme exactamente hasta la puerta de mi hotel. Cuando llegamos pude ver la sonrisa de mi mujer. Apagué el automóvil y me despedi de él hasta el regreso.. hoy me toca estar con ella.