La Mágia de Peña de Bernal
ENAMORA con la gastronomía típica de Publo Mágico: una construcción es del siglo XVIII
Los viajes se hacen, no nacen, diría Lawrence Durrel, el gran viajero; y hay que confiar de repente en que los puntos cardinales del futuro se tornan en uno solo, un vértice de roca de miles de años el cual te guía y sobre sale en la pantalla digital del Ford Fusión Titanium 2014- me lo ofrecieron para probarlo, cuando supieron que me habían robado el auto – como cascada de roca que se prende al parabrisas y el mega sonido de doce bocinas de un coche increíble arrulla la carretera con Jhon Coltrane y siento que tengo confiar en algo: en la mágica de la Peña de Bernal, en la tecnología inteligente del Fusion o simplemente en el karma de una construcción siglo XVIII llamado Hotel Boutique Casa Mateo que me albergará del largo viaje iniciático emprendido. Ves la piedra solar y recibes la fuerza de la roca de Bernal, pedernal «como deslumbramiento de las alas que se abren a mitad del cielo», – Ocatvio Paz en Piedra del Sol- brújula celeste horizonte y ola de roca, y sabes que estas a su antojo, su imaginario y milenario tiempo, y te preguntas, ¿Cómo la gente puede vivir bajo el acecho de ese monumental peñasco que flota sobre sus cabezas amenazante? La Peña atemoriza al viajero que se toma enigma desde la terraza de Casa Mateo.
Y hay que hacer el viaje usando su mágica gastronomía fusión: chocolate oaxaqueño, chilaquiles estilo Michoacán, verdes o rojos, con frijoles de la olla y pollo, enmoladas, mole oaxaqueño, con carne de puerco, pulpo arrabiata, pipianadas de flor de da Jamaica, empanadas de maíz rellenas de flor de Jamaica, sopa Casa Mateo, camarones en salsa de flor de Jamaica, filete de res en salsa de frijol, buñuelos de frutas frescas y Bernal dulce en ate y queso.
Déjese apapachar, podría ser el lema de Casa Mateo, con sus 18 habitaciones (algunas con chimeneas y tapanco). A la mañana siguiente me dejaron un vino espumoso de los viñedos del Valle de San Juan del Río, nuestra toscana.
Un auto hipermoderno. Para meditar y deslizar la velocidad adecuada: quemacocos para disfrutar la tarde soleada, sistema de preservación del carril con un sutil menú de sugerencias para cuando estás cansado: «le sugerimos tomar un descanso» te alertará con una sutil vibración del volante, y con una sonrisa agradecerás y jugaras con sus 6 cambios de velocidades en los dedos , tal cual coche de carreras, y apenas miraras la Peña de Bernal, por que obscurece, y la ubicas en el sistema de navegación de la pantalla toda touch.
Con tecnologías de última generación monitoreas puntos ciegos y te estacionas de manera automática con un botón. Miras como se mueve solo el volante ,gracias a sus cámaras y sensores ; un auto inteligente que mejora tu manejo programando todos los límites de velocidad, y a través de su pantalla touch sintonizas la temperatura.
Un viaje a la libertad del cielo por medio de la tecnología de un coche inteligente, no me hace olvidar mi querido auto robado, pero esos camarones a la Jamaica, esa Peña hechizante con una mimosa en la mano desde la terraza de Casa Mateo , me otorgaron un nuevo aliento para disfrutar «la invitación al viaje»