La despenalización y sus repercusiones turísticas
La despenalización y sus repercusiones turísticas
Esta semana ha estado bajo el reflector la noticia de que Uruguay avanza en su proyecto para legalizar la marihuana y dejar en manos del Estado la producción, distribución y venta controlada del cannabis.
La Cámara de Representantes votó a favor de la controvertida ley, con 50 votos favorables del oficialismo y 46 en contra. La propuesta pasará a la cámara alta, donde se cuenta con una mayoría suficiente para aprobar la ley, que tiene como objetivo arrebatar el mercado a los carteles del narcotráfico y evitar que los uruguayos se inclinen por consumir drogas duras. La aprobación en el Senado se espera para fin de año.
El legislador y presidente de la Cámara de Representantes, Germán Cardoso, advirtió que Uruguay corre “el riesgo de convertirse en un destino turístico para el consumo libre, como es Holanda en Europa“.
Según una encuesta de la consultora Cifra, el 63% de los uruguayos está en contra del proyecto de regulación de la marihuana, una cifra muy similar a la registrada hace un año, cuando el presidente de Uruguay, José Mujica, presentó la propuesta.
La votación coloca a Uruguay a la vanguardia de la regulación de drogas en todo el mundo, pero ha captado especialmente la atención de otros países latinoamericanos, sobre todo allí donde más se sufre la violencia del narcotráfico.
“El camino para la legalización de la marihuana está abierto”, dijo por su parte el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, durante su visita a Uruguay hace una semana.
Aunado a lo anterior, El día de ayer, en las instalaciones de la Fundación Miguel Alemán en el D.F. Cuatro ex secretarios Federales de gobierno que participaron en los gabinetes de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón se reunieron con María Elena Morera, presidenta de la organización Causa Común, y el periodista Héctor Aguilar Camín para discutir la posible despenalización del consumo de la marihuana en el Distrito Federal.
Pedro Aspe Armella, Juan Ramón de la Fuente, Jorge Castañeda y Fernando Gómez Mont coincidieron en que se debe dar un primer paso para la despenalización del consumo de esta droga y que éste debe ocurrir en el Distrito Federal.
Los políticos consideraron que el gobierno debe regular su uso tal como se realiza con el alcohol y el tabaco, además de que se debe tomar en cuenta experiencias internacionales como la despenalización de esta droga en Washington y Colorado en Estados Unidos, así como en Uruguay.
Pedro Aspe explicó en la mesa que la prohibición en el consumo de la marihuana incide en que quienes la venden lo puedan hacer a altos precios, y son estas utilidades las que permiten a los cárteles el poder mejorar su armamento y corromper a las autoridades.
Por su parte María Elena Morera afirmó que el dinero que se utiliza para el combate a las drogas podría ser utilizado en programas de prevención y salud.
Jorge Castañeda explicó que no es necesario esperar a que se legalice el consumo en todo México, sino que se podría legislar su despenalización por estado, iniciando con el Distrito Federal.
Estas voces se unieron a la del expresidente Vicente Fox que en repetidas ocasiones se ha mostrado a favor de la despenalización de esta droga tanto en México como en Estados Unidos al considerar que con esto se podrían reducir los niveles de violencia en el país.
Pero ¿cuál es el mensaje entre líneas que se envía al mercado turístico internacional?
¿Están México y Uruguay considerando las repercusiones políticas, económicas y turísticas de esta decisión?
¿La población interna (y flotante) de estos países tienen la educación, formación y criterio para aceptar esta regulación y existe la posibilidad que se replique el modelo turístico de Holanda en lo que a consumo se refiere?
O por el contrario… ¿estarán estas propuestas en contra de las políticas internas y de seguridad pública de países emisores de Turismo como lo son Estados Unidos y Canadá y lo que se logrará al final del ejercicio es una disminución dramática (aun mayor) de la demanda y un recorte de conectividad aunado a un aumento en las alertas de viajes?
¿Como padres de familia, nos preguntaríamos que pasaría con los destinos que reciben grupos de Spring break?
¿Tenemos en México y Uruguay la infraestructura judicial para controlar consumos personales y a la vez masivos cuando estemos en temporada alta?
Como empresarios, ¿estamos preparados para los diferentes escenarios a lo que esto conlleva?
¿Creemos que con la llegada de este siglo XXI ya tenemos controlado y administrado SOCIALMENTE el consumo de alcohol, tabaco por el simple hecho de legalizarlos o de saber cuánto es una dosis personal y cuando es narcomenudeo?
¿Cómo lo tomarán los mercados naturales, especialmente en México, donde el turismo es el tercer renglón del P.I.B.?
Muchas inquietudes que resolver y cada cual lo hará a su propio criterio… o no?
Fuentes: adnpolitico.com / wradio.com.co
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