Hacienda Sán Angel, Paraíso celestial en Puerto Vallarta
Hacienda Sán Angel, paraíso celestial en Puerto Vallarta
Por Elsie Méndez @sabormexico
“Entre tejados rojos, el mar pacifico de fondo y las campanadas de Nuestra Señora de Guadalupe, la mujer de los ojos violeta se rindió al amor y la pasión del hombre que la abrazaba, como la leyenda de Puerto Vallarta”.
¿Cómo será ese lugar mágico del que tanto he oído hablar donde se dio una de las mas grandes historias de amor de dos iconos de Hollywood? Esa fue una pregunta sin respuesta que tuve por muchos años, incluso cuando llegue a visitar Puerto Vallarta en años anteriores, me quedaba con la duda a mi regreso porque por una razón u otra, no podía llegar a esas famosas villas de las que tanto se hablo y se sigue comentando cuando de hablar de Puerto Vallarta se trata.
El viejo y nuevo Puerto Vallarta se separan tan solo por una calle y es fácil distinguirlos desde lo alto, porque uno todavía conserva esos tejados rojos que apenas se confunden con uno u otro edificio como construido a la fuerza y no hace armonía con el resto, y el otro, fue creciendo conforme la gran oferta turística que este destino ha tenido a lo largo del tiempo.
Ahí, en medio de este viejo Puerto Vallarta que se niega a perder los detalles arquitectónicos y ambientales que lo han hecho tan icónico, se encuentra el Hotel Hacienda San Ángel, un paraíso celestial.
No recuerdo bien cuando fue la primera vez que lei sobre este lugar ya convertido en hotel, pero me llamaba mucho la atención la infinidad de artículos y notas que ha merecido por las publicaciones mas renombradas internacionalmente y puesto en los lugares mas altos en los premios y categorías que muchas de ellas otorgan. Yo, algún día, quería estar ahí y se me hizo realidad.
Los autores de libros como Carlos Ruíz Zafón se inspiran de alguna historia que oyen por ahí, y después de estar en Hacienda San Ángel, si creo que la realidad supera a la fantasía, porque este hotel tiene dos historias, la de ese triangulo que se formo con Susan Hunt, Richard Burton y Elizabeth Taylor y la de su actual propietaria Janice Chatterton, de esta última solo su familia y amigos cercanos sabrán lo cierto pero le da ese savoir faire que le da un toque aun mas especial al lugar.
Hacienda San Ángel esta conformado por una serie de villas unidas entre si por puentes, portones y cruce de calle. El edificio principal era la villa que Richard Burton le regalo a su primera esposa Susan Hunt, tiempo después, hechizado por la belleza de Elizabeth a quien conoció en la filmación de la famosa película Cleopatra, compra una propiedad a tan solo 300mts de la de su esposa, para regalársela a quien fue su gran amor.
Con historias previas como esta, mi última morada cerraría con broche de oro un viaje por Puerto Vallarta, Riviera Nayarit y Costalegre a pedir de boca.
El arte sacro de la época virreinal y de las grandes haciendas en México es uno de los más interesantes que existen en el mundo, desde las manifestaciones arquitectónicas hasta esculturas de barro, madera y otros materiales con los que se construyeron las imágenes de santos, por no mencionar, las pinturas y piezas decorativas para las iglesias y casas de mecenas que pagaban a los artistas para ser parte de sus grandes haciendas y palacios en la Nueva España.
Una colección, puedo asegurarles, invaluable, y que pocas veces he visto tan al alcance de las personas, sin necesidad de letreros que recuerden no debes tocar, por el respeto mismo que cada pieza emula.
Mi habitación fue la Suite Celestial y después de recorrer el hotel puedo afirmar que es de las mas hermosas y de las que mejor vista tienen de Puerto Vallarta, tan bella es, que no me dio ni tantitos celos de la Suite Presidencial, porque desde mi terraza y ventana, casi podía tocar la atalaya de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe y tenia a mis pies ese viejo pueblo que robo el corazón de la mujer de los ojos violeta.
Las sabanas que adornan estas habitaciones conservan el estilo de aquellas épocas de hacendados, con tiras bordadas del más fino algodón, candiles y arañas de luz tenue que dan la sensación de velas y no focos.
Los muebles y decoración son antigüedades perfectamente conservadas y denota el cuidado y trabajo de conservación que Janice y el personal del hotel ponen para que todo este en perfectas condiciones.
Me transporte al pasado y solo cada hora, el repicar de las campanas de la parroquia, me traían de vuelta, porque ahí sentada en su terraza y con el suave murmullo de la fuente, deje volar mi mente, y me dedique solo a disfrutar de los amaneceres y atardeceres que desde ahí se admiran de una forma diferente, casi desde la misma perspectiva que la Sra Taylor tenia desde su villa a solo unos metros.
La cocina mexicana es otra de las grandes pasiones de Janice, como ella misma me compartió, por ello su chef ejecutivo se encarga de tener en la carta un balance de platillos que honran a nuestra gastronomía y solo una pequeña variedad de platillos de cocinas internacionales para dar gusto a todos los paladares que visitan el hotel.
De hecho me dio un gran gusto que el vino de la casa sea mexicano, Monteviña de Casa Madero en blanco y tinto que armonizan muy bien con prácticamente todos los platillos que el chef tiene en su carta.
Para quienes no se hospedan siempre están abiertas las puertas, por eso es tradición en Hacienda San Ángel, que desde las cinco de la tarde estén listas las mesas del salón comedor del restaurante y desde ahí, como aperitivo, se tomen el atardecer, y estén listo para los manjares que el chef preparara para los comensales de cada noche.
Manteles de fino lino con servilletas y vajilla con el elegante logotipo de la hacienda engalanan las mesas, es un lugar que invita no solo a ir bien vestido, también a guardar las formas y reglas de etiqueta a la mesa que a veces tenemos en el olvido debido al desenfado diario.
Solo 3 noches estaría aquí y no quería dejar mi pequeño paraíso celestial, pero sabia que las creaciones del chef la disfrutaría mejor cerca de su cocina, para lo cual me preparo una comida con dos de sus mejores platillos.
Para comenzar una Ensalada de callo de hacha con arúgula y aderezo de limón y chile habanero armonizada con vino blanco Monteviña de uvas Sauvignon Blanc y Semillon 2011. Fresca y cada ingrediente integrándose para hacer una fusión equilibrada al paladar.
Continúe con un Filete mignon con costra de chile guajillo sobre cama de espinacas y papas rostizadas con salsa de guajillo y oporto y salsa verde, tan exquisito en boca como a la vista, armonizado con un Monteviña Cabernet Sauvignon y Merlot 2011.
Preferí pasar el postre y tomar el café y otra copa de ese buen vino en mi terraza y prepárame para el último atardecer de este viaje, buscando la forma de llevarme en la mente y mis recuerdos cada instante de luz que se escondía en el horizonte.
Decían las historias que, el gran amor de Janice por los animales, en especial los perros, podía resultar hasta incomodo por la cantidad que de estos pequeños amigos rondan por todo el hotel. Bueno, pues la verdad es que yo apenas pude ver un par por ahí y que cuando pase a su lado no me hicieron ni el menor caso. Que están mas cuidado y educados que mucha gente que conozco, yo si reencarno en perro, quisiera tener una dueña como Janice sin duda, y si el pequeño me hubiera seguido yo si me lo habría llevado conmigo.
Hay historias de fantasía que uno solo lee en libros y las considera solo parte de la imaginación de quien las escribe, Hacienda San Ángel, esta es una de esa hecha realidad que tuve la suerte de vivir, y como Elizabeth y Richard, me deje abrazar por la mujer de Puerto Vallarta, que se forma desde la Punta de Mita hasta mas de la mitad de la bahía, recostada boca arriba, con sus cabellos al viento y en espera de un pronto reencuentro.
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Gracias infinitas a Sylvie Laitre y Miguel Andres Hernandez de la colecciónHoteles Boutique de México, por hacer de mis sueños, una realidad.