Disculpe.. ¿A cómo tiene la hora de internet?
Disculpe.. ¿A cómo tiene la hora de internet?
Año 2013, las puertas eléctricas con sensor de movimiento se abren fastuosas a la llegada de los huéspedes, la temperatura del lobby es perfecta gracias a los sistemas de humidificación y aire acondicionados silenciosos por el sistema de mini-splits instalados discretamente en los paneles de iluminación también controlados por “timers” digitalizados. En el front desk, atentos concierges dan la bienvenida al cliente el cual encuentra su reserva ya capturada en el PMS con el que el hotel cuenta, en ésta, coincide nombre completo, tipo de habitación, preferencias del cliente, fecha de entrada y salida, método de pago, personas acompañantes y tarjeta de crédito con la cual se hizo depósito para la confirmación de la reservación; el encargado de recepción procede a solicitar la firma electrónica y tarjeta de puntos del cliente en una pantalla LCD, para acto seguido entregar la llave electrónica de la habitación, el control remoto del aire acondicionado y el control de la TV.
Los elevadores digitales llevan al cliente a la habitación, en las paredes se encuentran sendas pantallas LED anunciando los centros de consumo del hotel y la infaltable “Happy hour“, mientras que una agradable melodía suena gracias a las bocinas electrónicas instaladas en el techo del elevador.
Al ingresar a la habitación se encuentra el reloj despertador digital con entrada para Ipod o Iphone, la televisión prendida con un canal interactivo que nos informa estado del tiempo, cargos adicionales a nuestra cuenta y otra información importante, pero al querer conectarnos al Internet…. nada pasa… no hay conexión (primera falla).
Llamamos a Recepción para solicitar el password que no se entregó durante el check in (segunda falla).
El recepcionista nos informa amablemente que hay un “pequeño cargo extra” por el uso del internet inalámbrico durante nuestra estancia (tercera y más grave falla).
En beisbol estos son tres strikes y “out” inminente.
Aun queremos cobrar por el servicio de internet?
Muchos hoteles, clubes, aeropuertos, centros de convenciones y restaurantes continúan con sus políticas de venta del servicio de Internet (algunos de ellos por hora, por día o por estancia). Muchos de ellos convencidos de que el Internet o Wi-Fi se convierte en un elemento de Up-sale o ingreso para el negocio… desde mi punto de vista, se ganan algunos centavos y pierden los miles de pesos.
Starbucks en el 2006 descubrió en TODAS sus filiales alrededor del orbe que además de sus atributos como producto y marca, sus clientes valoraban como una de sus top 3 ventajas competitivas el Internet gratuito. En sus tiendas sin internet el consumo promedio por cliente era de $5.3 USD, mientras que en aquellas en que se daba conectividad (eléctrica y de internet) sumado a lugares cómodos para trabajar (mesas, sillas, candados para las laptop) el consumo promedio subía hasta los $23.7 USD por cliente. No se requiere trabajar en Wall Street para entender lo que tocaba hacer…
Las bibliotecas públicas no han sido la excepción. Muchas comprendieron que la unica manera de mantener a mayor cantidad de personas visitando sus instalaciones era regalando el preciado servicio del Internet inalámbrico.
No sólo los pequeños negocios se han dado cuenta de esto. Las Alcaldías y Presidencias Municipales se han sumado al ejercicio, Ciudades como Madrid, Paris, Dublín ya proveen de forma gratuita este servicio en un gran porcentaje de su territorio. La misma Nueva York, este año ha firmado un acuerdo para la instalación de 1953 puntos de acceso Wi-Fi.
Bélgica, Hong Kong, Sao Paulo, San Francisco mantienen un acuerdo de roaming con AT&T y otros partners, lo que ha permitido a Gowex (empresa líder en este proyecto) hablar de Ciudades Inteligentes o “Smart Cities” con internet gratis por casi toda la ciudad, como en el caso de Nueva York, que contará con más de 1.900 Smart WiFi Zones distribuidas por los principales barrios. En Francia, Irlanda o Argentina, Gowex ya ha iniciado proyectos de vasta extensión a la espera de lograr alcanzar el nivel de ciudades como Tallín, en Estonia, que cuenta con cobertura en toda la ciudad o la isla del Pacífico de Niue, que en 2003 se convirtió en el primer estado en tener Wi-Fi en todo el país. Un modelo más destinado al turismo es el que siguen ciudades como Hong kong, Kioto o Taiwan. Al entrar al país, el visitante solo tiene que introducir su número de pasaporte y podrá tener acceso al Wi-fi gratis de la ciudad durante un plazo de 14 días.
El proporcionar este servicio, le da al proveedor posibilidades infinitas de información, preferencias, gustos, navegaciones, información del comportamiento y necesidades del usuario (o de los millones de usuarios que simultáneamente navegan en sus redes sociales, revisan su correo y comparten contenidos y fotos con su entorno social / virtual). Incluso, muchos lo usan junto con sistemas inteligentes (ejemplo Google intelligence) que además le proporciona publicidad y descuentos en tiempo real al usuario para motivar su consumo y empujar su decisión de compra.
El internet en el siglo XXI es como el agua: – Un precioso recurso que todos demandan como necesidad básica para comunicarse y sentirse comunicados- (¿Qué diría Maslow de esto?). Hoy nuestras tabletas y smartphones nos permiten viajar, y al mismo tiempo cerrar un negocio y tener una teleconferencia con nuestros hijos a kilómetros de distancia.. Se ha convertido la red en una herramienta de trabajo, lúdica, necesaria e inalienable de toda persona que requiere de conectividad y de información.
Por lo anterior, para las empresas, debería ser un instrumento de venta que bien aprovechado puede aumentar el ingreso en porcentajes importantes, por lo que resulta difícil de entender, ¿Por qué empeñarnos en cobrar un servicio que desde finales del siglo XX (si, el siglo pasado) ya requería un uso masivo y preferiblemente gratuito?.
El viajero sin importar el destino, categoría de hotel y situación geográfica demanda (y exige) seguridad, y bueno o malo, esa seguridad hoy se basa en parte en su conectividad con su entorno. ¿Por qué no aprovechar esta situación y poner las cartas a nuestro favor?
Miguel Andres Hernández A
Director Adjunto
Twitter: @miguelandresha