Andares
Crónica del paraíso Hacienda de los Santos del desierto, lo mejor
tres días para recuperar la vitalidad en medio del desierto, es la oportunidad perfecta para reencontrase. en álamos, sonora, hay un secreto
Se llama Hacienda de los Santos y es el sitio al que deseo volver cuando menos una vez al año. Es la Meca de los amantes del arte y la cultura, pero también es el sitio perfecto para relajarse y concentrarse en recuperar la belleza y la tranquilidad mental. Cuenta con hermosas habitaciones decoradas con el esplendor de una hacienda del siglo XVIII, y los brillantes colores que caracterizan a nuestro país.
La comida, el servicio, la belleza de los alrededores hicieron de mi estancia una experiencia extraordinaria.Mi mejor amiga fue la que práctica- mente me raptó para salir de la rutina y dirigirnos hacia la capital de la cultura sonorense, también conocida como la “Ciudad de los portales”, la hermosa Álamos, Sonora.
Desde temprano en la mañana, el hotel ofrece recorridos guiados por Álamos y sus alrededores que incluyen un paseo histórico. Nosotras nunca fuimos grandes estudiantes, pero con el tiempo acabamos por interesarnos en la literatura y la historia universales. Álamo, en este sentido, es un sitio que ofrece muchísimo.
Comenzamos a caminar por la Plaza de Armas. Sus anchos arcos y portales son lo más ca- racterístico de la ciudad. El guía nos explicó que Álamos está dentro del programa de la Secretaría de Turismo llamado Pueblos Mágicos, así que las casas mantienen el estilo arquitectónico propio de época colonial y los colores de las fachadas es uniforme. Realmente se trata de un sitio que ha mantenido intacta su identidad cultural.
La iglesia dedicada al culto de la Inmaculada Concepción de María fue el segundo sitio que visitamos. Sus fiestas patronales congregan, año con año, a numerosos feligreses y la ciudad se tiñe de alegría. Su importancia reside en haber sido la sede del primer obispado sonorense. La construcción data de finales del siglo XVIII y principios del XIX. ¡Es majestuo- sa! Tomé tantas fotos… ¡Gracias a Dios estamos en plena era digital! Curiosamente, en el recorrido nos topamos con una capilla de Zapopan construida en 1841.El Palacio Municipal es agradable y señorial. Se trata de una construcción porfiriana con ventanales y altas columnas de hierro.
El hecho de que Álamos contara con su propia Casa de Moneda habla de que fue un sitio con una gran importancia económica gracias a las minas de plata cercanas. El Museo Costumbrista de Sonora es ideal para viajar al pasado, pues se encuentra en una casa del siglo XVIII y muestra una gran colección de muebles y objetos antiguos que nos dan una idea muy clara de la vida en la ciudad. Poco a poco fuimos conociendo la antigua cárcel (actual Casa de la Cultura), el Panteón Municipal (abierto desde 1791), la Casa de las Delicias, la Alameda (rodeada con álamos que son los árboles que le dan nombre a la población) con un increíble kiosko estilo neo mudéjar realizado en Mazatlán en 1904, el Callejón del beso, el Paseo del Chalatón… y la casa en donde nació la diva, la “Doña”, la mujer más bonita de México… María Félix.
En general, la gente en Sonora es bella. ¿A qué se deberá? ¿A la luz? ¿Al agua? No sé, pero a pesar de que llevo horas caminando me siento más guapa. Al final del día descubrimos una ciudad única en su arquitectura, su historia y su fabulosa oferta cultural. Lo mejor de todo fue regresar al hotel con hambre y con la posibilidad de recibir un reparador masaje en el spa.
Aunque durante el día anterior fue ajetreado, nos despertamos con una gran energía. Desayunamos en nuestra habi- tación con la verde vista de los árboles del jardín y la amabilidad del personal, que con presteza cumplió cada uno de nuestros caprichos.Álamos se distingue por estar rodeada de haciendas y ranchos de gran belleza, que es posible visitar. También hay numerosas ofertas de turismo ecológico. Nosotras nos decidimos por conocer la Reserva Ecológica Cuchujaqui. Un guía proporcionado por el hotel nos llevó desde temprano en un vehículo todo terreno y en poco tiempo llegamos a un área protegida que abarca 92 mil 800 hectáreas en las que subsisten mil 200 especies de plantas y casi 5000 animales e insectos cuyo valor, desde el punto de vista biológico, es inestimable.
En este sitio es posible realizar excursiones en bici de montaña, observación de aves, pesca deportiva y paseos a caballo, entre otras cosas. Nosotras nos decidimos por esta última opción. Seguimos el cauce del arroyo Cuchujaqui y disfrutamos de los pinos, encinos, sabinos y enormes ahuehuetes que lo flanquean. También nos encontramos con armadillos, ardillas y lagartijas que nos vigilaban desde lo alto de los árboles. No había ni un alma.
Fue grandioso sabernos tan lejos de la ciudad. La naturaleza revitaliza. Al atardecer regresamos a la Hacienda y después de cenar nos dirigimos a tomar una copa de vino a la orilla de una de las albercas. Las luces ambarinas y la ambientación circundante nos inspiró a entrar al agua que se mantenía caliente. Fue un deleite nadar un rato. En un par de horas dimos por concluida la jornada.La Hacienda de los Santos es tan bella que no necesitas ir a ningún otro sitio en la noche.
El último día de estancia fue para mimarnos por completo. Son pocos los lugares en donde puedes contar con un verdadero servicio de spa. Hacienda de los Santos es uno de los mejores que he conocido. Cuando se hace la reservación es importante solicitar un pase para spa, que cuesta 200 dólares y que ofrece cinco tratamientos distintos.
El masaje de 90 minutos cuenta como dos, pero es tan placentero que valdrá completamente la pena. La oferta en ese sentido es amplia. Entre ellos están el masaje a cuatro manos y el que recubre la piel con piedras. Hay también varios tipos de limpiezas faciales, como la que te proporciona grandes dosis de vitaminas C y E, o la que recubre tu rostro con lodo de selva sonorense. La Hacienda ofrece también opciones especiales para parejas o un paquete de todo un día con cinco horas que abarcan un masaje de 50 minutos, un facial, comidas y bebidas saludables en el jacuzzy y una manicura.
Todas las mujeres deberíamos pasar por esto al menos una vez en la vida. Lo mejor de todo es que pudimos comer de forma saludable al mismo tiempo que cultivamos nuestra mente. Muchas veces asociamos las vacaciones con el des- enfreno y eso no nos ayuda a sentirnos ni a vernos bien. Otra excelente razón para venir con mi marido es que en el spa hay una sección diseñada para caballeros en la que hay faciales, masajes y opciones únicas para curar el estrés.
Este fin de semana cumplió con el propósito del bienestar, pero es ideal para el romance, la familia, la amistad y la soledad, cualquiera tiene un escenario privilegiado en Sonora. Búscalo y permite que el viaje cambie por unos instantes todo lo que eres. Esa es la apuesta. Afortunadamente siempre resulta ser ganadora.