Cuenta la leyenda que Mayahuel, una joven y bella diosa azteca, huyo de casa para casarse con Quetzalcóatl, el dios de redención, y los dos se convirtieron en dos ramas de un árbol lleno de hojas para no ser encontrados por su terrible abuela, Tzintzimitl. La abuela al encontrarlos los mandó a ejecutar. Quetzalcóatl se mantuvo vivo, pero Mayahuel murió devorada por las estrellas. Después de enterrar su cuerpo, la primera planta de agave nació pero fue quemada por el rayo de una tormenta feroz enviada por los dioses, quienes estaban enojados por lo que Mayahuel había hecho. Una vez pasada la tormenta y el incendio, las pencas fueron eliminadas, dejando solamente el corazón de la planta arrojando la sangre de Mayahuel, un néctar dulce con sabor a miel y con olor seductor. Desde ese tiempo, el néctar se ha considerado una bebida ritual y una ofrenda ceremonial para los Dioses.
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Más de 10 años de trayectoria en la idustria hotelera, Lic. en Administración Hotelera y Turística, con especializaciones en Mercadotecnia y Ventas. Se ha desarrollado profesionalmente en diversos hoteles en México y en el extranjero enfocándose en los últimos años en la hotelería boutique. Apasionada por el turismo en México busca en cada viaje conocer lo más destacado a nivel cultural, gastronómico e histórico de cada destino.
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