Madrid, Marzo 2014.- No hay despertador. No hay prisas. Los desayunos del Club de Calidad de Hoteles Ruralka ofrecen los productos regionales más auténticos, las mejores vistas, los consejos perfectos para organizar un día lleno de experiencias únicas y, sobre todo, ofrecen el tiempo relajado y tranquilo para disfrutar de un desayuno como el que no se toma en la ciudad, un desayuno pausado. Recogemos algunos de los desayunos Top de Ruralka. Muchos de ellos sin horario, y como mínimo, hasta las 11 de la mañana. ¿Empezamos?
En esta masía ampurdanesa del Siglo XVI las “Mañanas Pausadas” cobran todo su esplendor. Las mermeladas se hacen en cocina como antaño, los huevos son de sus gallinas, las verduras de su huerto, los embutidos se los trae un payés de la zona que tiene una producción pequeña y auténtica, los lácteos, igual, son de una quesería cercana… Los bizcochos y los pasteles son también de la casa y si alguno se atreve, puede comenzar el día con unos buenos callos o garbanzos para coger fuerzas y visitar las calas y los pueblos medievales de la región.
CORTIJO LOS MALENOS, EN ALMERÍA.
En pleno Cabo de Gata, se vive el tiempo de otra forma, más despacio, las mañanas se hacen especiales. Si hace bueno, lo mejor es desayunar en alguno de sus porches, llenos de colorido y con el azul turquesa del cielo como telón de fondo. Selección de aceites, mermeladas caseras, galletas de canela y sésamo hechas en el cortijo, sorbetes de fruta, y cada día la sorpresa de la cocina: crêpes, croissant relleno, migas… Durante la mañana Aurora organiza con los viajeros el día, mapa en mano les da las mejores pistas para descubrir la zona: Paseo en barco, excursión en bicicleta, gastronomía… y todo ello despacio, saboreando un desayuno preparado con amor.
Música suave en el comedor y una sonrisa a la entrada. Los huevos, provenientes del gallinero de la casa, se fríen en el momento, la fruta de temporada y una selección de dulces nórdicos son, entre otras, las propuestas del Hotelito. El gran ventanal del techo al suelo es sin duda uno de los grandes atractivos, donde las vistas a la montaña y al jardín dan los buenos días rompiendo la rutina de la prisa. En la mesa lilas, ranúnculos, rosas, calabazas, nueces, castañas… Para ponerle freno a la mañana.
LA CASONA DE SAN PANTALEÓN DE ARAS, EN CANTABRIA.
Rosa y Chema acompañan al comensal a su mesa, mientras una música suave suena en la estancia. Zumos recién exprimidos, como el de kiwi, y fruta cortada al momento para comenzar. La propuesta continúa con el yogur artesano de una granja vecina, miel ecológica de Cantabria y nueces de la finca. Mientras, en cocina, preparan el plato caliente, que pueden ser unos huevos de corral con panceta, una tortilla de patatas con embutidos o jamón con queso fresco del valle. Además de una deliciosa pastelería artesanal. Playa o montaña, el plan perfecto para continuar el día que no ha podido comenzar mejor.
CASTILLO DE BUEN AMOR, SALAMANCA.
En este castillo del Siglo XV, que parece salido de un cuento, el desayuno se convierte en toda una experiencia en la terraza contemplando el foso, las torres, los viñedos… Entre semana el desayuno se puede disfrutar en cualquiera de sus salones, originales del siglo XV, en el claustro o en la terraza. Es un desayuno continental que se puede completar a la carta con multitud de extras. El fin de semana, en las antiguas caballerizas del castillo, completamente abovedadas, se sirve un desayuno tipo buffet con productos típicos de Salamanca, como su jamón y repostería, zumos recién exprimidos, etc. Y como siempre con la pausa como protagonista. Sin prisa.
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