Todo se define por un estilo de vida. Una ambición que implica sacrificios y sufrimiento.

Se trata de una disciplina nata, una filosofía de vida determinante que se aplica a cada paso que damos. El mismo término, de origen francés, nos deja percibir el grado de importancia de la cosa! “Bon Vivant”, responsabilidad de máximo grado para los aspirantes a aquel modus vivendi, reconocimiento último de la cadena alimenticia. Para ilustrar el concepto enumeremos algunos famosos que han hecho de este concepto un lema de vida, Gerard Depardieu siendo uno de los más representantes, o mi propio tío Gastón!

Todo se define por un estilo de vida decíamos. Comenzando por la musicalidad de la expresión, esa voz francesa, su acento repleto de esa elegante arrogancia, esa voz que nos invita con esas palabras a vivir! Pero vivir plenamente! Porque esa voz no juega con las palabras… Nos alienta a gozar de la buena vida, disfrutando en cada momento de las mejores cosas que el mundo, qué digo, el universo pone a disposición del ser humano.

Podría uno pensar que es cosa fácil. Podría uno asumir que este increíble don está al alcance de todos. Sin embargo qué ingenuo sería uno al creer con tanta facilidad semejante incongruencia, la complejidad de los múltiples componentes, los secretos mecanismos de este estilo de vida no se pueden revelar ao tanta facilidad semejante as palabras..os famosos que han hecho de este concepto un lema de vida, Gerard Depardieu siendo uno cualquiera con la límpida claridad que uno esperaría. Cada detalle cuenta, cada uno de ellos es detenidamente estudiado antes de ser presentado al simple mortal bajo la luz implacable de la realidad mundana. Desde cómo vestir, cómo comer, beber, cómo relacionarse, sociabilizar, conocer y disfrutar, el Bon Vivant sabe en sí cómo “vivir”.

¿Cómo reconocer al Bon Vivant entre la masa?

Uno de los elementos cruciales para determinar y discernir el espécimen de Bon Vivant entre su grupo de amigos es su asombrosa capacidad -y diría yo, voluntad- de disfrutar de absolutamente todo. Por lo general el individuo en cuestión manifiesta un entusiasmo contagioso muy particular a su género, por lo general el susodicho se reconoce por una amable y jovial barriga y una profunda y escandalosa risa, peligrosa por ser ciertamente de las más contagiosas registradas en el risonómetro internacional. Su sonrisa de honesta felicidad -casi infantil- se dibuja con frecuencia frente a los platillos tropicales elaborados a base de dudpoorados a base de ingredienteste de las m susodicho se reconoce por una amable y jovial barriga y una profunda y escandalosaingredientes de dudosa proveniencia. El Bon Vivant se reconoce invariablemente en su manera tan particular de gozar de la buena cocina, la china, la francesa, la italiana, la camboyana y la totonaca sin jamás discriminar. Claro, aquí yace su mayor debilidad.

¿Su amigo, compañero o pariente padece de un amor incondicional al buen vino, a los destilados, los puros, sin contar los deliciosos -pero apestosos- quesos? ¿El sospechoso puede perderse durante horas en tertulias oscuras y misteriosas que involucran los incomprensibles encantos de tal cena maridada encabezada por tal chef famosón? Si la siesta es parte inamovible de su agenda… Si cada uno de sus recuerdos se puntúa por la descripción fascinada de un platillo mítico… Entonces no hay pierde, su amigo, compañero o pariente es un Bon Vivant. ¿Y usted?