Al escribir este artículo relacionado con las apariencias se me vienen a la mente varios y tradicionales refranes mexicanos tales como «No juzgues a un libro por su portada» «El león no es como lo pintan» «El hábito no hace al monje» «No pienses que la luna es de queso, nada más porque es redonda.» entre otros.

Es bastante común que las personas se dejen llevar por lo que a simple vista puede ser percibido, pasa en todos los aspectos de la vida incluso aún con nuestros viajeros que en ocasiones al observar una fachada  sencilla ó la modesta puerta de una casona antigua de alguno de nuestros hoteles boutique creen que el servicio e instalaciones no corresponden al nivel de un buen hotel.

Es difícil de imaginarlo sin embargo si ha ocurrido, hace un poco tuvimos el caso de un cliente muy distinguido, un viajero experimentado que conoce varios destinos nacionales e internacionales y que reservó uno de nuestros hoteles en un destino de ensueño, casualmente este cliente estuvo por negocios en ese lugar una semana antes del viaje que tenía programado con nosotros, al pasar por el hotel ese día nos contactó bastante consternado al encontrase con la fachada de una casa antigua «sin finta de hotel», según sus propias palabras.

La mejor manera de tranquilizarlo fue contándole la historia de este lugar, esa es una casona antigua con un par de siglos de antigüedad que ha sido conservada como patrimonio, que es parte vital de la historia y de la magia que hace especial a este lugar, por lo que el gobierno con su intención de pre servar estos lugares tradicionales no permite la remodelación total de estas casonas. Después de mandarle un par de comentarios de clientes que ya han visitado el  hotel, en los que no hablan más que maravillas del servicio y de las instalaciones, decidió realizar su visita, creo que un tanto escéptico aún.

Después de su visita se le mandó su carta de agradecimiento y el cuestionario de satisfacción como lo hacemos con cada huésped y sus comentarios por si solos descartaron totalmente la idea de que no por su sencilla fachada el servicio del hotel sería deficiente.

«Al cruzar esa puerta y subir las escaleras hacia su patio central se abrió un panorama totalmente diferente ante mis ojos, sentí esa calidez que sientes cuando llegas a tu propia casa y al llegar a mi cómoda y elegante suite me recosté en la cama (una de las mejores en las que he dormido en mis viajes) y me olvidé el ajetreo de un largo día de actividades. Los miembros de su staff complacieron de manera satisfactoria cada una de mis peticiones que para ser honesto no fueron pocas, en resumen una maravillosa e inolvidable experiencia»

No es recomendable hacer pre juicios ni pre calificar un pequeño hotel solo porque por fuera no se ve imponente y elegante como algunos de esos grandes resorts, esa justamente es la MAGIA de un hotel boutique, vivir una experiencia única en la que te sorprendes y enamoras con cada detalle.

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