“El lujo para mí no se trata de adquirir objetos costosos; es vivir de tal forma que puedas apreciar los objetos”
Oscar de la Renta

El concepto de “lujo” ha sido sin duda uno de los términos que se ha utilizado en la industria del turismo y la hotelería a través de su historia. Pero, ¿Cuál es la definición de lujo?… de acuerdo a la R.A.E (Real Academia de la Lengua Española) es “Todo aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo.” En otros idiomas encontramos definiciones como “placer fuera de lo ordinario, permitido a uno mismo”, “aquello que se permite de manera excepcional” o la definición filosófica y contemporánea de Christopher Berry “Un objeto del deseo”. El «lujo» satisface nuestras motivaciones aspiracionales, emocionales de autorrealización.

Un concepto que ha sido asociado con nociones como precio, calidad, estética, singularidad, extraordinario y simbolismo. Sin embargo como todos los conceptos, el «lujo» no ha estado exento a los cambios de percepción de la sociedad.

En la antigua Roma y Grecia el concepto de «lujo» resultaba peligroso, recordemos que eran sociedades enfocadas en el desarrollo social y en los propósitos vitales así como en las virtudes esenciales del ser humano. Gracias al desarrollo del comercio con Asia en el S. XVIII el concepto se comenzó a percibir con un enfoque consumo; pero aún estaba estrechamente relacionado con una producción artesanal, limitada y personalizada.  A partir del S. XX cuándo irónicamente el “lujo” tomo la ruta industrial hacia el consumidor… una lucha constante entre la exclusividad y el aumento de volumen.

El turismo de «lujo» ha pasado también por estos cambios; considerando que la simple actividad de viajar, en específico por placer, era considerado “lujo” puesto que los medios de transporte y trayectos eran más complicados y había pocos lugares que recibieran visitantes para pernoctar. Pasando por la invención y mejora de medios de transporte e infraestructuras; en términos de hospedaje la evolución del desarrollo de hoteles, moteles, resorts, centros turísticos sin dejar atrás las diversas formas de evaluación que han existido para determinar el valor que cada una tiene.

El turismo también experimento su transformación en industria y el S. XX lo llevo a crear segmentaciones  en las que el turismo de «lujo» se definió por una serie de patrones, estándares y servicios que crearon una definición en la que se esperaba hablar de primera clase,  5 o Gran Turismo, alto gasto, alto nivel de confort, cantidad y variedad de instalaciones, horarios de servicio, acabados, tecnologías de comunicación avanzadas, ascensores, estacionamiento y una lista de características que no siempre pueden percibirse por el cliente.

“El tiempo y el silencio son las cosas más lujosas hoy en día”
Tom Ford

Estando en pleno S. XXI ¿qué es lo que consideramos «lujo»? En una época en la que el consumo se ha visto influenciado por el cuidado al medio ambiente, el desarrollo tecnológico y el decremento de sus costos, las comunidades virtuales, la preocupación por saber que comemos, y dónde palabras como vintage o hipster han contribuido a un cambio de paradigmas.

Estudios recientes indican que los destinos de “lujo” han perdido terreno, hoy en día los viajeros no tienen un lugar favorito ya que prefieren conocer nuevos lugares. Ya tampoco es una  prioridad para los viajeros acceder a primera clase o clase ejecutiva. El principal motivo para realizar viajes de «lujo» es la relajación, seguido por interés en descubrir y aventura.

Resulta lógico que el “lujo” ahora se asocie con nociones como originalidad, autenticidad, inspirado en…, equidad, sustentabilidad, privacidad, naturaleza, orgánico, tradición, cultura local, experiencia, independencia y flexibilidad.

No es de extrañar que en el ritmo de vida que tenemos en la actualidad en la que es casi imposible desconectarnos de los 3 o 4 aparatos electrónicos a los que estamos sujetos y en la que los mensajes de texto se han antepuesto a las conversaciones,  consideremos  ahora como “lujo” el poder retomar el control de nuestras experiencias.

“Creo que entre más grande soy; me doy cuenta que el mayor lujo es el tiempo”
Michael Kors

¿Qué consideramos que es un viaje de “lujo”?

• Despertar entre cafetales y beber un café recién molido.
• Es poder comer platillos que han sido preparados con productos orgánicos cultivados dentro del hotel.
• Disfrutar de un viaje en el que no hay señal de celular o internet en el que realmente se pueda disfrutar del lugar y de la compañía que se tiene.
• Apoyar a la economía local a través de la generación de empleos, el apoyo al desarrollo de actividades artesanales, la compra de productos de agricultura, ganadería y pesca local.
• El fomento a la conservación de tradiciones culturales.
• Degustar una cena en medio del mar.
• Bucear dentro de un cenote.
• Tener la oportunidad de conocer piezas de arte y antigüedades con una gran historia.
• Convivir con la flora y fauna típica y exclusiva de la región.
• Contemplar monumentos, edificios históricos, iglesias, atardeceres, amaneceres… en fin imponentes vistas desde tu habitación.
• Descubrir los platillos típicos del lugar.
• Encontrar en tu habitación artesanías elaboradas en el lugar que visitas.
• Hospedarte en un lugar pequeño, dónde el servicio se pueda enfocar a cada uno de los huéspedes.

Podemos decir que el «lujo» sigue siendo “todo aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo”, lo que ha cambiado son las aspiraciones que tenemos, a lo que ahora nos cuesta trabajo acceder…

“El lujo esta en cada detalle”
Hubert de Givenchy

Fuentes:
http://www.aluxurytravelblog.com/2013/03/26/so-what-is-luxury-travel/
http://research.mena.yougov.com/en/news/2014/05/05/luxury-travel-survey-mena/
http://www.conceptofluxurybrands.com/concept/luxury-brands-definition
http://luxurystudies.blogspot.mx/2011/01/luxury-as-concept.html
http://www.knowledgeatwharton.com.es/article/la-metamorfosis-del-mercado-de-lujo/