‘Donde fueres, haz lo que vieres’ es un famoso y antiguo refrán que nos recomienda adaptarnos a las costumbres y hábitos de un lugar en el que estemos o viajemos, tan sabio es este refrán que los habitantes de Barcelonnette, un pequeño pueblo ubicado en el valle de Ubaye en Francia, lo entendieron muy bien.
Entre los años 1850 y 1950 existió una importante migración de los habitantes de este pueblo hacia México, creando así una estrecha conexión con este país que ha perdurado hasta nuestra era. Los franceses aprendieron a hablar español perfectamente y adoptaron muchas de nuestras costumbres y tradiciones como propias, pero no solo estando en territorio mexicano, si no que llevaron todo esto hasta su tierra natal, en donde al día de hoy se pueden apreciar bellas construcciones y calles con nombres que hacen alusión a lugares y personajes importantes de México.
El principal motivo por el cual emigraron era crear fortunas y emprender negocios en el continente Americano, encontrando en México el lugar ideal para hacerlo. Siendo Barcelonnette un pueblo de clima muy frío ubicado en los alpes franceses, los habitantes de esa época se vieron obligados a dejar sus labores de agricultura y a buscar una alternativa para generar ingresos, siendo el comercio de textiles una alternativa muy viable.
Una de las familias pioneras en hacerlo fue una de apellido Armand, quienes se establecieron en la Ciudad de México abriendo un pequeño almacén en donde se vendían telas, el lugar era muy austero y modesto llamado «Casa Armand», pero con el pasar de los años comenzó a crecer introduciendo cada vez más productos a la venta hasta llegar a convertirse en un gran centro comercial que ofrecía la ropa, zapatos y joyería con la mejor calidad en esa época.
Siguiendo este mismo modelo de negocio, otras familias de Barcelonnette decidieron abrir otros almacenes que corrieron con más suerte y que hoy en día siguen siendo parte de la vida cotidiana de los mexicanos, estando presentes aún y de manera muy competitiva en el mercado, te comparto los nombres, tal vez te resulten familiares: «El Puerto de Liverpool» «El Palacio de Hierro» y «Fábricas de Francia».
Regresando un poco a Barcelonnette, vale mucho la pena destacar todos los elementos que la hacen ser «El rincón mexicano en Francia», primordialmente sus famosas «Villas-Castillo» bellas edificaciones creadas por quienes vivieron e hicieron fortuna en México. Ellos regresaron a su pueblo para edificarlas rindiendo tributo a los lugares mexicanos en los que estuvieron, por tal motivo se pueden apreciar la «Villa Morelia» la primera y más grande de ellas, también la «Villa Puebla» y «Villa Durango».
La calle más bonita e importante del pueblo se llama «Porfirio Díaz», nombrada así en honor a uno de los ex presidentes de México, existen restaurantes de comida mexicana pero el más famoso y auténtico es Adelita. En el mes de agosto Barcelonnette se viste de colores; siendo el verde, el blanco y el rojo los que sobresalen en una celebración mexicana en la que se escucha música de mariachis, se aprecian los tradicionales bailes de danza folclórica y la bandera de México está presente en cada rincón.
Es así como desde principios del siglo XIX se ha creado esta interesante conexión entre un pintoresco pueblo y un país lleno de gente cálida que abrió sus puertas a Barcelonnette, un lugar en Francia que cuenta hoy con el auténtico sabor mexicano.
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Nacida en el centro del país, pero pasando la mayor parte de su vida en el bello estado de Nayarit adquirió el amor por esas tierras y por las bellezas naturales que estas poseen. Con la firme convicción de ser gestora del crecimiento turístico en el estado y en el país, estudio la Licenciatura en Gestión y Desarrollo Turístico en la Universidad Tecnológica de Nayarit. De manera inmediata al finalizar sus estudios se incursionó en el mundo de la hotelería en Puerto Vallarta Jalisco, una cuidad icono del país, bien conocida por su amplia oferta hotelera. Estar inmersa en ese ámbito y desempeñando diversos puestos en diferentes áreas, le permitió desarrollar sus habilidades de trabajo en equipo, de espíritu de servicio, así como aprender los estándares de operación de un gran complejo hotelero. Pasados un par años y por motivos personales se retiro de la hoteleria, pero la vida puso en su camino a Hoteles Boutique de México, una empresa con convicciones muy similares a las personales, las cuales involucran representar a México ante el mundo como una marca que garantiza escenarios memorables gracias a sus bellezas naturales poseídas, así como un excelente trato por parte de una población que por herencia es servicial y buena anfitriona. Actualmente funge como Chief E-Concierge and Travel Designer en la empresa antes mencionada, ofreciendo día a día al viajero la oportunidad vivir una experiencia diferente donde la atención a los detalles hacen una enorme diferencia.
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