¿Es posible comerse a Perú en solo 5 días? La verdad es que después de este viaje comprobé que se necesitan al menos dos semanas completas para tan solo dos ciudades, Lima y Cusco, pero gracias a los buenos consejos de mis amigos cocineros y viajeros, y a que pude asistir un día a Mistura, pude llenarme de los sabores y aromas que este país ofrece y que nos hace sentir como en casa, porque hay muchos ingredientes que nos hermanan y conquistan el paladar.

Perú ofrece muchas opciones de hospedaje, desde las grandes y lujosas cadenas hoteleras hasta las creadas para personas que viajan por negocios, y en ambas la oferta gastronómica es muy buena. Durante mi viaje tuve oportunidad de hospedarme en el hotel Ibis Larca Miraflores sencillo, con los servicios básicos pero muy limpio, buenas camas, buenas almohadas, excelente ubicación (muchos restaurantes a solo unas cuadras)  y los desayunos eran fenomenales y se servían desde las 5am hasta las 10am.

Algo que me ayudo mucho para poder transportarme rápidamente de un lado a otro fue el contratar a un taxista llamado Peters Johnson quien me facilito desde mi llegada a Lima hasta las transportaciones de un restaurante a otro y las idas y venidas de aeropuerto entre Lima y Cusco, confiable hasta el grado de dejarle nuestras maletas para no tener que cargar tantas entre una ciudad y otra, se convirtió en un amigo que apoyo a la logística de este viaje de forma invaluable. Aquí les dejo su email por si se les ofrece [email protected]

El tema de los lugares donde comer y poder comenzar mi recorrido por la gastronomía peruana representaba todo un reto porque por un lado están los restaurantes que hoy son famosos internacionalmente pero sus conceptos son totalmente contemporáneos y por otro lado están los lugares de cocina peruana tradicional, en mi opinión, esto es como querer correr antes de saber caminar, así que me di a la tarea de visitar primero los sitios donde se presenta la cocina mas tradicional. Mi primera parada fue Señorío del Sulco, aquí se cocinan las recetas en su forma mas tradicional con presentaciones modernas, el verdadero sabor de cada platillo sin tener alteraciones nos permitirá entender mejor lo que después probemos en restaurantes de autor. Mi sugerencia es que pidan alguno de los tres menús de degustación y con ello comiencen su viaje por este delicioso país.

Con una idea mas clara de lo que es una causa, un paiche, los diferentes sabores de sus ceviches, tiraditos, la suavidad de la carne de un lomo salteado encontrar en el sabor de la alpaca un parecido con el cordero,  y perdido el sentimiento de culpa de comerme un cuyo (son tan lindos en foto!) estaba preparada para mi recorrido por el Perú de las grandes luminarias. Astrid y Gastón, ¡Brillante!, sencillamente ¡Brillante! “El Viaje”, es el menú de 26 tiempos y 5 horas de placer, por el que nos adentramos por la historia familiar de este afamado cocinero, presentaciones magistrales que van desde un baúl hasta un plato de cerámica blanca con el perfil de su bisabuelo con el sabor de las papas a la genovesa que aun traigo en la memoria como si lo hubiera comido apenas hoy. Bocado a bocado pude conocer de los origines de italianos que llegaron al Perú pensando en conquistar y regresar a sus países y que nunca contaron en el hecho de ser ellos los conquistados por esta mágica tierra.

De las raíces europeas pasamos a las asiáticas con Maido del chef Micha, como cariñosamente le gusta que le llamen, creador del concepto Cocina Nikkei, Micha me llevo de regreso al Japón que tanto admiro; la perfección que deben alcanzar quienes deciden entrar a las cocinas japonesas se ve reflejado en los detalles mas exquisitos de los platillos que llegan a la mesa, sabores nunca antes conocido por mi paladar y mente gustativa iban entrando y buscando un lugar donde quedarse para no olvidarlos nunca y entender como fue la fusión cultural de estos dos países y que hoy se hermanan a través de la gastronomía.  Sabores tenues y otros mas intensos, cocciones de horas y otros frescos, como recién salidos del mar, mi cerebro trabajaba más que lo que hizo mi estomago intentando entender no solo el sabor sino el ingrediente mismo que venia en cada plato.

Malabar no se quedo atrás y con el chef Pedro Miguel conocí de la cocina amazónica, de la forma de enaltecer una papa, el maíz y las yucas, tuberculos y raíces que se convertían en el protagonista principal o el mejor compañero de un pescado o carne enalteciendo los sabores uno del otro, integrándose al entrar en la boca y darnos una experiencia que solo en Perú se puede vivir.

Mistura es un paraíso por donde se vea, ya quisiera yo que en México existiera algo así, porque en un solo espacio los miles de kilómetros y los miles de ingredientes que tiene Perú están al alcance de nacionales e internacionales, nunca he visto a un chef como Rick Bayless correr de un puesto a otro probando y llenándose la boca una y otra vez con productos que le ofrecían, es el equivalente a un parque de diversiones para niños para quienes amamos la gastronomía, uno mira, huele y admira lo que a cada paso se encuentra. Es la única vez que he podido ver y probar toda la gastronomía de un país en un solo lugar.

De bebidas hay mucho que conocer y aunque Perú es muy conocido por su Pisco y la bebida Pisco Sour descubrí que tiene otra bebida que me gusto incluso mucho mas que se llama Chilcano y se hacen a base de frutas de temporada, son frescos cocteles que para quienes no gustan del huevo, los chilcanos se convertirán en su bebida favorita, eso sin olvidar sus cervezas de las cuales existe una gran variedad y artesanales.

De Lima volé a Cusco donde estuve dos días, pero esta es una historia que se debe contar a parte, porque con más de cinco mil variedades de papas, cientos de yucas y centenares de maíz uno no pude más que pensar en regresar y continuar donde se quedo, porque además de los restaurantes que antes mencioné, están los mercados, las sangucherías, las panaderías, picanterías que aunque pude visitar algunos quedaron muchos en mi lista de pendientes.