Morelia es sin duda una ciudad sin duda con una gran riqueza cultural e histórica que hacen que todo el ambiente se llene de magia.

En esta ocasión visite un hotel que recién inició sus operaciones hace un año, Casa Madero. Ubicada a unos pasos del callejón del callejón del romance y de la fuente de las Tarascas este hotel es muy íntimo con tan sólo 8 habitaciones.

Al llegar a lugar me sorprendí pues detrás de la fachada sencilla de piedra uno puede encontrar un espléndido jardín que con su verdor hace que uno se renueve después del viaje.

El interior es muy acogedor, una casona que ha sido remodelada pero que aún conserva la distribución de las habitaciones hacia dos patios.

Al llegar a mi habitación me sorprendí con el cambio de escenario, las paredes clásicas de piedra continúan, pero la decoración se vuelve moderna, en tonos sobrios y con un diseño exclusivo. Mi habitación tenía un balconcito que daba al segundo patio y permite que entre bastante luz del día.

Cama King Size, edredones de pluma, TV plana e internet. El baño es espectacular, con regadera de lluvia y techo de cristal en el área de regadera, se puede observar el cielo azul mientras uno toma una ducha. Los manerales tienen grabados las iniciales del hotel. Sin duda después de disfrutar los dos cobertores de pluma que cubren la cama la mejor manera de despertar es con un servicio de desayuno americano que llevan directo a su habitación a la hora que usted desee a manera de llamada despertador.

Por la mañana les recomendamos den un paseo por el Jardín Villalongín.