San Bernardo Hotel & Spa en la Montaña
Imagínense la tranquilidad de un bosque, bellos paisajes de coníferas y un pueblito encantador. Así comenzó mi viaje a San Bernardo Hotel & Spa en la Montaña, la bienvenida fue muy calurosa por parte del staff, recibiéndome además con un ponche de frambuesa, una de las especialidades de Tapalpa y de San Bernardo.
Inmediatamente me mostraron mi habitación, llamada Media Luna, la cual tiene ese encanto de cabaña reflejado en sus pisos y techos de madera sin perder de vista la comodidad y el confort con los cobertores de pluma de ganso para mantenerse calientito.
Lo primero que hice fue relajarme un rato en el sofá de la habitación, la cuál es muy amplia, da una sensación de estar en otro lugar, menos en un cuarto de hotel. Los acabados y la decoración son sencillos, pero con excelente gusto y con mucha atención al detalle.
La verdad es que el viaje me había provocado bastante hambre, afortunadamente ya era hora de cenar y me recibieron en el restaurante, un lugar muy acogedor con decoración rústica. Se acercó Luis, uno de los chicos de servicio muy amable y amistoso a ofrecerme el menú que tenían preparado para esa noche… tamales yumiii! Escogí la recomendación de Gloria, propietaria de San Bernardo, tamales de acelgas (cultivadas por ellos), acompañados de chocolate artesanal, fabricado en Tapalpa. El final perfecto de la noche para ir a disfrutar de esa cama tan rica.
Por cierto, me ofrecieron encender la chimenea, no fue necesario ya que no hacía tanto frío pero es un buen detalle tenerlas, así como los calefactores, en especial para el invierno.
A la mañana siguiente decidí que lo primero era ver el lugar donde estaba, como había llegado de noche no pude apreciar el paisaje. Que sorpresa la mía al abrir los cubre ventanas de madera, una vista perfecta de la propiedad, la laguna que tienen (construida por una presa), cielo azul claro y las montañas de fondo.
Para empezar la mañana me prepare un delicioso café de la “Parroquia”, las habitaciones están equipadas con cafetera y servicio de café o té, ideal para los que no podemos empezar la mañana sin nuestra dosis de cafeína.
Los baños son muy amplios, en terminados de mármol y una decoración moderna. Las amenidades son biodegradables así que uno además está cuidando el medio ambiente ; )!
La Sra. Gloria siempre se ha preocupado por desarrollar el turismo sustentable. Es importante mencionar que varias de las artesanías, son hechas en una comunidad cercana a Tapalpa, al igual que las canastas y cestos de basura. Dentro de las obras benéficas que realiza también apoyo con la capacitación para la creación de micro negocios a base de la producción de conservas de frutos locales.
Me dirigí al comedor para el desayuno y al llegar ya tenían mi mesa preparada con un festín de colores, un plato de frutas frescas, en especial muchas berries y las frambuesas más dulces y cremosas que he probado en mi vida (por el clima de Tapalpa está región se ha convertido en un importante productor de cosechas de berries), yogurt, granola, miel hecha en casa, mermeladas también caseras.
Me ofrecieron jugo de lima y un menú con variedades de huevos, chilaquiles y cereal. Decidí optar por los chilaquiles rojos
acompañados de huevo estrellado (aprovechando que estos también son producto de la pequeña granja que tienen en la propiedad) y para terminar me ofrecieron un pan de plátano.
Acto seguido nos dirigimos a hacer un recorrido por el lugar, lo primero que vimos fueron las hortalizas (acelgas, lechugas, ciruelas, cebolla morada, etc.) y la granja (vaca lechera, guajolotes, gallos, gallinas y conejos).
Dentro del hotel cuentan con su propia capilla en la que ya han realizado eventos como bodas, bautizos, primeras comuniones con una capacidad aproximada de 60 personas. Tuve oportunidad de conocer otras habitaciones, todas con su propio encanto, inclusive tiene opciones de habitaciones ideales para la familia. Si van en plan romántico la opción es la habitación llamada Las Lavandas, y pregunten por los paquetes de cenas románticas que ofrecen, las pueden organizar en el patio de los naranjos o en el patio de las lavandas.
En cuanto a actividades tienen bicicletas de montaña, un pequeño velero y mesa de billar.
Para la comida el Chef Fernando nos preparó una variedad de platillos para degustar como entrada: lengua con mayonesa casera, trilogía de tacos dorados (marlín, camarón y pulpo) y unos tacos de pato al pastor. Después nos ofreció dos variedades de crema: chipotle y queso o chapulines, para los paladares más arriesgados (yo seleccioné ésta y debo decir que estaba deliciosa, con un sabor suave, perfecto para marinarse con un vino tinto Español como lo hicimos) ambos con una cubierta de pasta hojaldre. De plato fuerte salmón asado sobre una cama de pasta con crema de elote. Y para finalizar una explosión de chocolate, un pequeño pastelito con un relleno de chocolate líquido.
Pero definitivamente lo mejor fue la compañía de mis anfitriones quienes me hicieron sentir como en casa. Ideal para parejas, escapadas de fin de semana, eventos familiares o retiros empresariales.
Mary Carmen López Aguado
Hoteles Boutique de México
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