Estarán de acuerdo conmigo que mucho del éxito de un viaje esta en la experiencia o las oportunidades que tuvimos de comer bien durante el mismo. Cuando jóvenes sabíamos lo pobre de nuestro presupuesto si nos alcanzaba para poder hacer tres comidas al día, y ya de adultos cuando compartimos nuestras vivencias del viaje el tema de la comida es, la mayoría de las veces, el protagonista principal del mismo.

La tecnología permite que ahora podamos tener un mayor y mejor acceso a información sobre los lugares que visitaremos y las recomendaciones que otros viajeros hacen sobre la gastronomía local y los restaurantes de cocina tradicional para lugareños o turistas. Hoy ya no solo dependemos de algún conocido para poder decidir nuestra agenda gastronómica del viaje, aunque las recomendaciones de gente que conocemos de cerca y comparte nuestros gustos y aficiones siempre es importante, sitios como trip advisor o four square nos dan una idea de lo bueno o malo de los lugares que consideramos en nuestra agenda y así ir un poco mas a la segura.

Es sabido que el turismo gastronómico comenzó en Europa en el S. XIII con las guías gastronómicas que incluían un listado de las mejores posadas y restaurantes, creadas por gourmets famosos como el gran Curnosky, cuyo nombre original era Maurice Edmond Sailland, el cual fue nombrado el «príncipe de los gastrónomos» en 1927.

Con el pasar de los años fue este interés que provocó que muchos países a través de sus oficinas de turismo en conjunto con las agencias de viajes, se dieran a la tarea de crear tours enfocados en este producto en aras de cubrir las necesidades de viajeros ávidos de conocer acerca del vino, queso, y por supuesto clases de cocina o degustaciones especiales  que les permitiera vivir más de cerca la cultura gastronómica de un país, región o ciudad en particular.

Francia, Italia, España, precursores de estas rutas gastronómicas han mostrado desde hace muchos años en las ferias internacionales, este producto del que ya son todos unos expertos y a los que se fueron sumando muchos países a lo largo del tiempo y en Latinoamerica el más exitoso ha sido Perú, nos guste o no, a muchos de este lado del océano.

Asistiendo desde el 2005 a la feria de Fitur en España, comencé a aprender mas de este tema y me llamaba mucho la atención como México, reconocido por su enorme y basta gastronomía, no había hecho nada al respecto, porque si bien es cierto que la gente tenia muy claro que nuestra cocina es una de las mejores desde antes de que la UNESCO nos diera el nombramiento como Patrimonio Intangible, apenas hace dos años, no tenían claro ni por donde empezar y mucho menos terminar. No existía una guía o algo que los viajeros pudieran tener como referente para dar inicio a una travesia por el mundo de la gastronomía en nuestro país.

Fue así que Perú, Argentina y ya no decir de Estados Unidos con sus rutas de vinos en California nos tomaron una ventaja terrible. Aquí seguíamos viendo como le íbamos a hacer mientras que estos países ya tenían programas, paquetes y todo muy bien organizado.

Durante esos años, entre el 2005 y 2007, me di a la tarea de investigar que había en nuestro país para poder armar algo sencillo y fácil de operar para que quienes vinieran no solo se guiaran por las sugerencias de otros viajeros, y guiados por expertos, pudieran experimentar nuestra cocina y cultura alrededor de la misma. Grandes sorpresas me lleve, Oaxaca era, y sigue siendo, el que mejor oferta de productos y actividades tenia en ese momento, con clases de cocina, visitas a mercados y degustaciones, y en aquella época San Miguel de Allende era también el más fuerte, también con clases de cocina, recorridos a mercados y degustaciones, pero lo que me dejo con los ojos cuadrados fue que el común denominador era que quienes operaban y manejaban estos negocios era extranjeros, me caí de la silla y debo confesar me dio una frustración total.

Como era posible que nosotros mismos, los mexicanos, no pudiéramos tener productos y actividades para extranjeros para conocer de nuestra historia gastronómica, no se porque me sorprendí tanto si la que mas y mejores libros de cocina mexicana había escrito hasta entonces, es la reconocida Diana Kennedy con cientos de libros de investigación y recetas sobre nuestra cocina y la señora es inglesa. Solo había por ahí algunos como Alejandro Ruíz de Casa Oaxaca u Oscar Carrisoza de Casa Crespo, ofreciendo clases de cocina y recorridos a mercados, de ambos el que sigue sin parar en esto es Oscar porque Alejandro se ha vuelto tan famoso y con tantos negocios que me parece ya es muy difícil que el mismo las de y son gente de su equipo quien las imparte. En San Miguel desapareció la escuela que tenia Casa de Sierra Nevada y hay por ahí un par de amigas extranjeras ya mas mexicanas que siguen ofreciéndolas. Baja California comenzó lo suyo con la ruta del vino que cada día se fortalece más.

Y de repente fue que con el nombramiento que el gobierno tomo atención a este tema por ahí del 2011, y las agencias especializadas, de congresos y convenciones al fin, y sin temor a equivocarme, apenas este año, se vieron en la necesidad de tener que conocer del tema, ¡imaginen nada más, cuando Perú y otros países en Latinoamerica llevan años en esto!

A mi parecer en México aun nos falta mucho y en realidad todos están entrando como mejor les parece y tratando de entender un mundo, el de la gastronomía, que no se entiende ni se aprende así nada más. No es solo armar paquetes con comida rica, actividades con clases o degustaciones, se necesita la asesoría de expertos que llevan tiempo en la investigación y sobre todo el disfrute de esta actividad en nuestro país. Hay que conocer de historia, hay que conocer de vinos, bebidas, de productos, de ingredientes, de cocineros, cocineras, de tendencias, platillos, recetas, origines.

Y respondiendo a la pregunta del título, la verdad es que no, en México no hay empresas que realmente estén armando tours culinarios completos, todos actúan de forma aislada e independiente y hay muchísimo camino que recorrer aún. Pero como dice el dicho, “mas vale tarde que nunca”, y si los profesionales del turismo se arman de paciencia para toda la capacidad que deberán de recibir, además de ampliar sus horizontes, y se asesoran correctamente, México en breve tomará el liderazgo en esta actividad.